Feedback, una cuestión no menor
Muchas veces se pone en tela de juicio la capacidad de escucha de quien recibe feedback, ya que quienes lo dan por lo general ocupan lugares en el que se entiende están habilitados para hacerlo, sin embargo, me pregunto: ¿Y si estás personas realmente carecen de capacidad efectiva de dar feedback? ¿Y si realmente no les importa el daño que pueden causar por no cuidar sus palabras y enunciar únicamente aspectos y detalles que no suman a quien lo recibe? ¿Y si estas personas son limitadas respecto de sus conocimientos en lo que respecta a comunicación efectiva y no son capaces de distinguir una opinión de una afirmación?... me preocupa!!
Como coach busco, o al menos lo intento, acompañar al coachee a observar aquellos aspectos que entiendo lo están limitando o no permitiendo lograr sus objetivos, sin embargo, mi principal objetivo en todo proceso de coaching es cuidar a la persona, ser firme sin dejar la amorosidad de lado.
Como entrenadora/deportista entiendo buscaba lo mismo, acompañar a los deportistas/compañeros a través de una devolución efectiva de algunos comportamientos observados para que logren mejorar su performance.
Dar o no un buen feedback genera indiscutiblemente efectos en quien lo recibe, los cuales pueden potenciarlo o desmotivarlo. Por ello considero que si estamos en la posición de tener que hacerlo buscar llevarlo a cado de la manera más efectiva, dado que ello puede tener implicancias muy importantes para la persona o equipo.